Camino la angostura de mis días,
sin lunas ni cauces cristalinos.
Sin embargo me aferro yo a mis sueños
y en cada madrugada
es tu sonrisa
la que brilla en el rocío
de las rosas.
Tu recuerdo es la miel que aplaca
la tristeza de la ausencia.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.