El amor surca huellas
en la piel y el alma,
deja un caudal de recuerdos
imborrables,
momentos eternos
de sensacines sublimes
y suspiros grabados en el aire;
besos despertando las mañanas,
caricias incendiando la noche,
y miradas embriagando
de sentimientos la tarde;
sismos en los huesos,
deseos enrredados en el delirio,
locura por detrás de las ganas;
la sonrisa de no creerlo,
la felicidad bañándose en lágrimas
y el adiós…
¡el adiós despidiéndose en calma!