El crepúsculo de la urbe trae noticia
que va rellenando el aire de la tarde
de eco en eco llega al sol que ya no arde
sobre una nube que la brisa acaricia
Voces tristes que debieran ser delicia
campanada que debiera hacer alarde
de su bronce y que al final gime cobarde
golpes secos de una muerte cuando inicia...
Son acordes de un amor que ya no suena
son el canto de una batalla perdida
toque jondo de una guitarra ofendida
Furia sorda de un rayo cuando no truena
son anuncio de una ausencia permanente
repicando que el dolor sigue presente.