En la riveras
de blancos colibríes
donde las palmeras cantan
yo lleno tu boca de canciones.
Mientras tu piel
es ya mi ropa
y el viento te acaricia el cabello
una estrella verde nos mira.
Canta el viento
un canto melancólico
dulce alegre
y liberas mil aves de tus pechos.
Donde las sombras
se vuelven azules y compañeras,
yo lleno tu vientre,
de mil flores.