Los crepúsculos se deslazan
en árida cometa desgastada,
entre inconexas espirales...
de ausencia metafórica,
entre obsidianas deshilvanadas
por la cariátide desvencijada
de la tarde en que me miro,
y tenuemente...
te vas acrisolando
muy despacio...
en tu laxitud,
hiriéndome...
de desconsolada
y opalina lágrima,
entre óvalos dispersos
mal hallados de caricia,
entre ósculos...
extrañamente dispares,
licitados
de impúdico embeleso,
herido... y breve.