Se acercó la estupidez,
Me musitó en mi oído:
-¿Sabes el por qué te he herido
Con tan audaz intrepidez?
No es por esa insensatez
De lo del árbol caído,
Es porque he pretendido
Que no olvides tal revés;
Yo me pregunto, será
Que alguien busque ese recuerdo
De veneno tan letal;
Yo diría que no es cuerdo
Sembrar semillas del mal
¿No es mejor un grato acuerdo?…