Por Silence Dogood
Me buscaste sórdida y confiada.
Ignorando mi naturaleza desconfiada.
Suave voz de ángel, dulce aroma a rosas.
Como hechizo de noche, en plena mañana.
Como bestia herida, esculque tus intenciones.
Más tu corazón suave, mitigo mi fervor de recua.
Y tu calida mano enjuago mis penas.
Calida como el sol, hermosa como las mareas.
Todo tu ser baño mi cuerpo herido.
Y solo pude acariciar tu rostro frío.
Frió de abandono, frió de tristeza.
Abre tus ojos suave flor violeta.
Contemple tu alma mientras desnude la mía.
Profundos ojos, negros como la tierra negra.
Labios jugosos como dulce granada.
Esplendida mujer, delicia carmín y rosada.
Solo al mirar tus ojos comprendí.
Que te había amado desde el comienzo.
Te abrasé con fuerza y pena.
Por todo el tiempo que perdi en mi inconciencia
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