La gente en la calle, lo mira con sorna,
No sabe que lleva, una pena honda,
Se pasa las noches, adorando a Baco
Y el sol lo sorprende oliendo a tabaco.
Perdió la brújula de la cordura,
Vive en el silencio de una cruel tortura,
Agitan su alma negros pensamientos,
Otrora hayan sido muy bellos momentos
Bebe y bebe, del dulce elixir,
Para darle fin a su afligir,
Pero llegan, como remolino,
Sombras que acompañan siempre su camino
El la quería, ella también lo quiso,
Y sembraron juntos, jardín de ilusiones
Vivieron muy quedo inmensas pasiones,
Inventaron cielos de amor y ternura
Soñando con estíos verdes y amarillos
Un día encontraron al señor destino,
Que muy claro dijo “tiempo de morir”
Tomó a ella de la mano y debió partir
Ciegas las pupilas, vida en las tinieblas,
Quedó el corazón en un extravío,
Desde entonces busca lograr un consuelo,
Que el vino le otorga, como un resuello