Ante un ejercicio mal hecho cuya condena será dictada
como el prisionero esperando su suicida sentencia,
doliente y resignada declaración ha de aceptar
y cuyo verdugo presuroso espera el final.
Declamación evocada de un recuerdo pasajero, inolvidable o solo para tener gloria.
Sin esperanza y con la verdad en la mano ha de dejar ir en dirección del viento.
Villana expresión en sus ojos cautiva, dejar ir y poner al olvido,
siendo media verdad en sus intensos sentidos,
cuyo amor en alguna parte del pasado se particiona
y un saber del debe que se asoma
Ya no hay historias, mas un verdugo propio intencional
debo, tengo y en efecto colocar como realidad.
Siento y pienso que el pasado he de olvidar
pues si el amor es real siempre a uno volverá.