Penosa obediencia suma mis errores,
falta de esmero perjudica mi arte.
Ah, no basta el contraste que da mi anuncio,
no basta de cuanto desgaste las quejas.
Hoy poeta soy, del extraño reflejo,
de alzadas maneras, de ideas abstractas;
bebiendo de la audacia de los maestros
que empedernecen a los ojos del alma.
Llevo en los bolsillos la escritura viva;
eficaz, que da cortes como el florete
y penetra hasta el alma y el espíritu.
La atesoro, como en el sosiego aves
aseguran de la lluvia a sus polluelos,
como el creyente guarda en Cristo su fe.