Me siento vacía, sola y sin abrigo,
y miro al cielo buscando los recuerdos,
de aquellos días de amor y de sosiego,
yo acariciándote y tú escribiendo versos.
Hay noches en soledad que encuentro el llanto,
y mis manos juguetean por tu pecho,
me miras y tu mirada encierra el encanto,
de todas nuestras noches en mi lecho.
Aprieto muy seguido tu cuerpo al mío,
como queriendo robar todo tu aroma,
te apegas junto a mí para matar el frío,
en aquel infinito que en la cima asoma.
Siento tu cabeza reposar sobre la mía,
y concibo palpitar tu corazón henchido,
me das un beso y me llenas de alegría,
y te marchas luego como has venido.
Ese es el amor que vive en mi pensamiento,
que cada día alimento con mis penas,
siento que te vas en las nubes y mi sufrimiento,
se queda siempre en mí junto a mis canas.
Y me siento sola como el viento puro,
de aquellas mañanas de nuestro gran amor,
hoy estoy tratando de hacer un corazón duro,
porque ya no puedo más con mi dolor.