Los transitorios silencios del pueblo nido
Los caseríos y el pueblo
se quedan quietos puertas adentro...
Los queltehues y sus estridentes alertas
se han silenciado…
Solo el intermitente
ladrido de los perros se escucha
como aviso
que están de guardia
- son los centinelas de la noche
que cuidarán el pueblo y a su gente
de todo peligro oculto
en las mismas sombras oscuras
y frías de los rincones de sus calles
sin luces,
sin estrellas ni luna entera…
Tantos años caminados
y tantos vuelos nocturnos
al dormirse el día con sus luces
y sus sombras
formaron ecos sin silencios
por mucho tiempo
que arroparon el alma
y el cuerpo inquieto
que pasó del primer llanto
a correr por los paisajes
sintiendo la tomada mano
asida a la naturaleza y a los viejos
marcándolo todo con fuego y sentimiento
con huella y siembra…
Balbuceando los primeros pasos
de un mes de marzo
a punto de bajar cortinas
y cerrar puertas a las últimas
vacaciones de verano
del tiempo de escuela
del pueblo nido que se quedó en silencios...