Esa noche
te lloré con dolor
hasta que mi alma se partió.
Y odié
a ese Ángel Negro
que detuvo tu corazón
y te llevó.
Esa noche
te abracé
tan fuertemente,
que mis huesos se dolieron
y con amor
besé tu frente,
desconsolada
sujeté tus manos frías
y con un ahogo en mi pecho
te dije adiós…¡papá!