Las diez y media,
Mi cara en la mano,
La birome en la
Derecha,
La mesa de nylon,
Los papeles sueltos
Y el calor que llega
De la chimenea.
El silencio es tosco,
Lleno de amenazas
Con gente que duerme
Donde nadie pasa,
Los fríos de hielo
En las soledades
De estepas rosadas
Con calles desiertas.
Estoy casi sola
Y no digo nada.
La casa, los ruidos,
Fantasmas dormidos
Que se estiran bobos
Mientras que mi cara
Buscando la musa
Se queda inclinada.
Mi oreja en la mano,
La boca cerrada,
Ojos irritados,
Sueños de caricias,
Ríos de palabras,
Mientras oraciones
Te llegan calladas
Si esperás despierta
Entre los crujidos
De una casa helada
Que ocupa un lugar
Chiquito y cuadrado
Dentro del paisaje
De las calles blancas,
Miro al cielorraso
Y no veo nada.
Sombreros de lana,
Colchones de acero,
Resortes que saltan,
Tres frazadas juntas
Que son abrigadas
Me envuelven el cuerpo
Yermo y delicado
En la madrugada.
Besos que murieron,
Caricias nocturnas
Que poco se dieron
Pero cuando llegan
Suelen ser locuras
De amor y esperanza,
Cariño glorioso
Durmiendo en el alma.
Suspiros de anhelos,
De cantos, corridas,
Versos a la luna,
Al sol, la comida,
Los amigos lejos
Que nunca se olvidan,
Y lloradas suaves
En las despedidas.
Feliz Navidad
Y que más no sea
Esta canción loca
Para una sonrisa.