Difuminadas ráfagas de sangre
marcan las huellas fugitivas de almas que deambulan en cada esquina, en cada calle, en cada vereda, en cada parque.
Quizas se venguen las flores de los muertos ...Deshojadas ya, tan solo espinas de angustia!
Quizas se venguen en cada madre, padre, hermano , hermana...
En sus sueños, en sus presagios , en su desolación , cada uno desentierra su propio muerto exterminando con las balas del llanto las horas perdidas.