Cuando usted se fue el otro día,
sentí algo inexplicable,
de origen desconocido,
una suave dulzura
más allá de los sentidos,
quizás una pena leve,
una curiosa alegría,
una incomprensible congoja
me acompaña noche y día.
Es un grave error, me dije,
de pronto caí en cuenta
debía haberla atrapado,
metido dentro de mí,
tal vez abotonado.
Digámoslo derechamente,
percibí un dejo de locura,
no estaba en mis cabales,
una pérdida de razón de causa oscura.
De inmediato receté:
Necesaria interdicción es recomendable,
concluí,
causa inexplicable…
Después de angustioso soliloquio
al fin di con la razón,
es que en verdad no estaba
se fue con usted, una parte de mi,
grave desconcierto, no soy así…
Luego de cuidadosa investigación,
determiné
que usted no se fue enteramente,
tengo algo suyo
muy dentro de mi,
tal vez asunto es de hechicería,
de milagroso encantamiento
de pérdida de razón
de brebaje artero al viento…
Algo cambió dentro de mi,
tomo usted el control de todo, sí,
preside ahora mis pensamientos,
mis recuerdos,
mi yo,
mis ideas lanzadas al viento…
Si busca usted, se dará cuenta
que en algún lugar dentro suyo
hay ahora una parte de mí.
Estoy seguro.
Y dicto sentencia inapelable:
Mi yo que se perdió usted se lo apropió.
¿Lo hizo a propósito? tal vez sin querer
No, no quiero que me devuelva esa parte de mi ser
estoy bien así…
en la ilusión de su querer
en la esperanza del amor por nacer…
Dante Lucrecio