Pequeño niño que duermes tranquilo
bajo un banquillo, de la pequeña ciudad.
La gente al pasar, te mira y sonríe
preocupandocé de otras cosas y no de tu soñar.
Cuando venga tu despertar miraras asustado
de encontrarte solo en la noche y acompañado
de tu fiel perro que dormita a tu lado.
Pasan y pasan las horas y de prisa corren los coches
duerme tranquilo mi niño, que aun falta
para la cena de media noche.
En casa me esperan mis hijos, hermanos y mi vieja
solo espero que despiertes tu, para ir a casa y
completar los dos vacíos que hay en la mesa.
Despierta pequeño niño, que tenemos que caminar,
hace horas que espero por ti
para llevarte a casa y nos acompañes a cenar.
Toma asiento mi chiquitín, y que no te avergüence la mesa,
ahora somos una familia en esta noche buena.
Gracias señor jesús por estar hoy en nuestra mesa
que importan tu carita enlodadá, tus pies descalzo,
si eres nuestro invitado, de honor y sin delicadeza.