No soy capaz de conciliar el sueño.
Acabo de colgar el teléfono después
de un esfuerzo descomunal por desatar
tu voz de los nudos que agolpan en una
todas mis neuronas, todas en suspenso
solo con pensar en el día de mañana.
No soy capaz de conciliar el sueño.
Mis labios estallan como yemas de clavel.
Te imagino como serpiente que repta
sobre mi cuerpo abrasándolo por completo.
Sometiéndolo al castigo que la inquisición
me impone por hereje de amor.
No soy capaz de conciliar el sueño.
Pienso cual tortura de la gota de agua
cómo mis dedos recorrerán cada pueblo
del mapa de tu piel, piel de toro que cubre
la península de mi patria llamada Fantasía.