¿En qué momento fue que
me cautivaste?
Creo que ocurrió el día de
los relámpagos,
cuando el viento pardo
llegó cargado de infortunios
y presagios sacados
de otros tiempos.
Al principio no respondí al
desafío de las olas furiosas.
Y por más que lo intenté,
imposible me fue descifrar
el enigma compuesto en la
mirada sospechosa de la
víbora tenebrosa.
Solo opté por ocultar mis
manos de los dientes devoradores.
Yo sabía que serían inútiles
las preguntas ante el estúpido
que nunca nada entiende.