Tu voz es cálida
en medio de la frialdad.
Tu humanidad es grande
en tu pequeñez
sobrevivíste hasta más
allá del alba.
Tu canto perdura
como canto de sirena
que nunca acaba,
tu canto que a los
tiranos alarma.
¿Por qué será que
a los poetas en plena sazón
les paran el corazón con balas,
dejándonos más huérfanos
sin sus palabras?