No voy mirando hacia atrás,
con la prisa de hacer daño,
pero dejé sin pensar,
la uña dentro de tu saco.
También perdí en tu sofá,
el cristal de mis zapatos.
Sobre el colchón un lunar
y en la lámpara algún llanto.
Quedó en nada la ansiedad,
que me causaban tus cantos.
Fue tan breve el despertar,
tu dormido y yo temblando.
Quizás deba mencionar,
que mi piel se fue rabiando,
con la gran necesidad,
de pedirte otro alegato.
Hoy me dedico a cuidar,
tu breve estancia fulano.
Con la duda nunca hay paz
y aquí sigo trasnochando.
Vamos al mismo lugar,
nos reímos,nos tocamos.
Pero ya sin reclamar,
todo lo que hemos pasado.
Que aunque pueda continuar,
sin el juicio programado.
No hay más condena que andar,
siempre a medias por el prado.
Queriendo recuperar,
el terciopelo azulado.
Y tal vez rememorar,
aquella noche de mayo.
Quizás pueda rescatar,
la bufanda que has quemado,
pero el amor no vendrá,
le he fallado demasiado.