Nicolás Rangel.

Invierno eterno.

 

 

 

No es necesario que me extrañes,

ni hace falta que rompas más promesas,

mi vida sigue estando lejos de tu piel

en un lugar,

que te echa profundamente de menos.

 

No es necesario,

amor,

que me leas,

sabes por demás

que estábamos hechos

el uno para el otro.

 

La poesía,

siempre ha sido un pretexto para tenerte

aquí,

entre mis manos,

entre mis labios.

 

Hoy me sabes diferente,

un tanto ajena,

y quisiera odiarte

por tanta nada que albergaste en mi pecho.

 

Maldecirte

porque te fuiste,

pero sigues aquí.

 

El cuerpo se me llena de recuerdos

y de escamas.

 

Y sí, lo sé

ni siquiera tengo que intentar ser poeta,

jamás lo quisiste del todo.

 

Pero carajo

dejaste tan pocas palabras que no hablan de ti

que es difícil escribir

y no resulte un bello vestido a tu vacio.

 

Recuerdo que prometiste

en algún momento,

bajo el frío de las farolas,

que nunca te irías del todo.

 

Y bueno,

debo reconocer que cumplir

se te da muy bien

aunque no sea tu intención.

 

Ojalá

pudieras mirarte dentro de todo esto

así como te miro yo.

 

Te enamorarías aún más de ti

y un poco menos del mundo.

 

Te lo aseguro,

pero aún con todo esto

no es necesario que me eches de menos.

 

Hace tiempo deje de ser el genio

que velaba tus deseos,

hoy no tengo nada que cumplir.

 

Por eso apresuro mi caminar

y bajo mis ojos hasta los talones ajenos.

 

Por si un día

se te da por aparecer de repente

como una puta casualidad

y se te ocurre sonreír.

 

Por si un día

se te ocurre

que doler no es suficiente

sin un poco de esperanza nula.

 

Pero sobre todo

sepulto la mirada

en el calor del pavimento

por si en el trayecto olvidas aquello

“del adiós y para siempre”

y se te ocurre pasar

prendida del brazo de alguien más.

 

No es necesario,

no lo necesito.

 

Aunque tropiece

y se me caiga la nostalgia

en algún drenaje

donde también se encuentre mi deseo.

 

No es poesía

ni mucho menos una súplica.

 

Esto es

tan solo una excusa

para de vez en cuando

sacudir los recuerdos

y apagar el invierno.

 

Ese tan eterno

que olvidaste en mi cama

el día que te marchaste.

 

 

©NicolásRangel/Reservados todos los derechos. Diciembre, 2016.