¿Para qué quiero quererte? Sí no te comprendí cuando tu silencio vociferaba de dolor.
¿Por qué necesito verte? Sí cuando te tuve frente a mí, hice todo por perderte.
¿Dónde estarás en este momento? ¿Y con quién? Realmente, prefiero no saberlo.
¿Por qué siento esta desagradable opresión en mi pecho al recordarte?
Preguntas sin respuestas que siempre habitarán en mi mente.
Preguntas dirigidas a la nada, eternas incógnitas.
Pero no puedo despedirme sin formularte:
¿Por qué decidiste marcharte…?
Cristian D.