Me he acercado al jardín que tú cultivas.
Con esmero dedicación y con cariño.
Y encuentro en el un botón de una flor desconocida.
Que apenas se asoma hacia la vida.
Es una esmeralda tallada entre las hojas.
Engastada en un peciolo agua marino.
Tiene ese verdor de clorofila.
Lleno no más de muchos pétalos.
Que van abrirse cuando sea preciso y el momento.
Que este madura para el acto mismo.
Pues ella se abre y al ser fecunda se marchita.
Y da lugar que en su vientre crezca.
La semilla y el fruto que madura.
Para caer al suelo y transformarse,
En otra plata llena de verdor y hermosura.
Que bella es la flor sin desflorarse.
Pero es hermosa cuando tiene sus pétalos abiertos.
Y llena de color, de aromas y belleza.
Le da al jardín, todo lo que tiene.
Pues es la flor la que engalana.
El verde manto de la planta viva.
Que hermosa es esa flor que tu cultivas