Maryrios

Necesito un minuto.

 

Necesito un minuto para ajustar mi vida.

Un minuto

para tatuar mis sueños roídos

sobre la pared y sobre el techo

porque no quiero que se borren

cuando mi casa esté deshabitada.

 

Que se lea por dentro

la letra agridulce grabada en horas de nostalgia 

que se sienta por dentro

la germinación  invencible de la fe

y en los muros que mi voz ausente verse verdades.  

 

Como si el viento hablara hacia adentro

susurre los mundos que habitaron mi corazón

secretos escritos en voz alta

para sobrevivir.  

 

Necesito un minuto

para dejar impregnado este espacio

donde sobriamente critica 

urdí en cada rincón  mi propia playa.  

 

Necesito un minuto

para no legar vacíos

que al momento de arriar banderas

el canto desmigaje los sueños cocidos en mi piel

y reencarnen entre el dolor las esperanzas.