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Volviendo a recordar tu nombre,
la flor suprema ante mí aparece,
no es la rosa o el clavel,
sino la margarita la que permanece.
Intento alejarte de mis pensamientos,
tras incontable tiempo sin verte,
pero algo imposible me pido,
ya que tu recuerdo buenos tiempos contiene.
El valle fresco y verde contemplo,
la nieve cae en las altas montañas,
en verde o en blanco, te veo,
en valle o en montaña, te anhelo.
En cualquier sitio apareces,
con tu insuperable belleza,
que es capaz de deslumbrar,
los valles mas profundos y
en las mas altas montañas brotar.
Tú, la más bella, permaneces,
aunque solo sea en mis recuerdos,
siempre brotando,
en mi enamorado corazón.