Una feroz batalla acontecía, entre los seres del cielo y del infierno
Nadie sabe cómo comenzó todo, solo un día llegaron los demonios y los alados tras de ellos.
Forjaron su reino en las nubes, con sus alas brillantes decidieron quedarse en nuestro mundo, y un día, simplemente desaparecieron…
La guerra perduro a manos de los hombres, no pudimos detener a tal odio irracional, solo algunos se mantienen erguidos aun con la esperanza de encontrar la paz, otros simplemente son esclavos, marionetas de los demonios, de otros humanos que aceptaron traicionarnos. Hacemos lo que podemos para mantenernos vivos…
krizalia una de las naciones que aún mantiene cierta autonomía por su alto grado militar y arcano; los más poderosos sacerdotes se encuentran ahí, pero no es suficiente para detener a los demonios. Rodeada por cuatro torres que proyectan un escudo que cubre a toda krizalia (una enseñanza más de los alados) mantenido por la oración de los evocadores, las fuerzas viles no han podido penetrarlo.
Kirio un guerrero de la guardia de los alfares del rey; su padre le encomendó patrullar la entrada del este, por los baldíos sombríos, una zona desierta, árida, cubierta de arena negra. Junto con su compañía, Milos y Myrana, guerrero y sacerdotisa de grado séptimo cielo, compañeros desde años, amigos desde siempre, acudieron de inmediato pues habían recibido informes de seres extraños en la zona.
Pero al llegar no se encontraron con un intento de ataque, si no con una horda decidida a derribar la torre, eran demasiados para ellos, necesitaban apoyo de inmediato, si la torre caía podrían entrar. Myrana envía el mensaje a través de un espectro de luz, solo tenían que resistir hasta que los refuerzos llegaran.
Decididos a confrontar a la horda, definen la estrategia de batalla…
Myrana en la retaguardia, sanando, Milos con prioridad de proteger a Myrana, pues si ella cae todos caerían de inmediato; y Kirio por ser más diestro en la espada, hace el ataque frontal repeliendo al invasor.
Pero… no solo eran necrófagos, y sabuesos, había moles, demonios y lo peor, inquisidores, demonios de alto rango, con una piel gruesa como armadura de torio y cultores, brujos al servicio de la oscuridad de la magia vil, Kirio con una mirada temerosa al ver tal magnitud, pero decidido a cumplir la promesa de siempre proteger a sus amigos sin importar dar su vida a cambio.
Kirio decidido usa espadas en ambas manos, sin escudo alguno que le proteja, Myrana grita insistente que no haga eso, pero ya lo ha decidido que tendría más efecto usar dos espadas y dejar la protección a manos de Myrana, Quien lanza un escudo de resguardo sobre él y lo mantiene activo en todo momento. Kirio se lanza con furia al enemigo, destellos de luz por el acero golpeando, sangre vil brotando, entre manchas rojas que se mezclan con la otra, una enorme mole se muestra frente a él, abanicando su martillo puntiagudo, dejándolo caer sobre él, esquivándolo tan solo por un segundo, saltando por un costado, y encajando sus espadas en la nuca, cae la mole, una de tantas. Mientras tanto Milos hace lo posible por defender a Myrana de los enemigos más débiles que deja Kirio pasar. Continúa la ardua batalla y pareciera que nunca terminan de aparecer, son demasiados, no resistiremos mucho tiempo –piensa Kirio.
Agitado, con la mirada cansada, cubierta de sangre vil, mira hacia sus amigos… se muestran cansados, así que decide terminar con el escudo de resguardo, para que Myrana pueda enfocarse en ellos.
Llenado de ira, de una luz roja, de unos ojos de fuego… era el “Último Aliento”, una técnica que los alfares del rey usaban en un momento crucial, el ultimo sacrificio. Te colmaba de un gran poder a costa de herirte y arrancarte de vida a cada segundo.
No lo hagas -grita Myrana, Estas loco podemos resistir –grita Milos, jamás permitiré que mueran aquí –grita Kirio…
A lo lejos un cultor se levanta imponente por encima de la meseta, invocando una fuerza vil descomunal, un inquisidor pesadilla, no es un cultor normal –piensa Kirio. Corre hacia él, y este lanza una flecha oscura vil, que calcina el viento conforme va pasando, Kirio decide enfrentarse a esa fuerza, no dejar que pase más, aun usando el “último aliento”, pero… no fue lanzada para el…La flecha oscura pasa por un lado hacia Myrana
Intenta interceptarla, pero es demasiado rápida, Milos enfrenta a dos necrófagos y no se percata del ataque
Se escucha un estruendoso grito… una luz cegadora rodea a Kirio, alas brillantes salen de su espalda, La luz que rodea a Kirio sale disparada hacia Myrana más rápida que la flecha oscura, cubriéndola de un escudo de luz, que la flecha oscura no logro atravesar…Kirio no se explica que fue eso… agotado cae abatido, totalmente inconsciente, a merced del enemigo.
Sobre la meseta había algo más, una entidad oscura, nada que él había visto…
(Escudo Magno Celestial… Así que aún quedaban…que curioso)
Déjeme terminar con el maestro, puedo hacerlo, arrancare sus alas para usted
(No, aún no ha llegado su hora, tiene mucho que hacer aun)
(Nos iremos por ahora)
Pero mi señor, podemos conquistar krizalia
(He dicho que nos marchamos, indícalo)
Tu toca el cuerno – le indica el inquisidor pesadilla
(…Así que aún quedaban… esto será muy divertido…- soltando una carcajada)
(…Nos volveremos a encontrar Celestina…)
Fin parte 1
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