Monroy Gemio Pedro

Levantando el martillo de Thor MI HIJA, MI CORAZÓN Y MI ALMA

 

Escribo en el cuerpo tendido sobre la mesa,
desnudo y mortecino
de un pedazo de luna rasgada.
Y el caos y el miedo
se pierden explorando en ella.
Vagando en su piel agrietáda,
escuchando conversaciones ajenas.

Y alcanzo a sentir un pedacíto dorado
de mi añoranza rutina.
Y una jarra de hidromíel indolora,
en esta tarde perdida.

Dejo la mirada ausente,
suspendida en el vaivén del viento.
Y un súbito soplo, desde la puerta,
la hace regresar
silbándo un horizonte conquistado.
Me la devuelve cargada
de afiladas verdades de acero aquietádo
que envíste mi mente dormida.

Y entiendo que la vida ama y protege
a los que albergan coraje
para superar el miedo en la lucha,
la vida solo acoge en los brazos
a los ganadores.
Y solo mece en su regazo
a los derrotados
en el fragor de la batalla.
Para los fracasados
que no hallaron valor para combatir,
no hay lugar, no hay llanto.

Templo, pues, mi espíritu,
entre gritos guerreros,
entre destellos dorados.
Camino por luminosas sendas verdes
que a lo largo de mi esperanza se trazan.
Hoy,
por fin,
me colgué la runa protectora
que me entregástes en caminos perdidos.
Y me yergo como vencedora guerrera
de estas bélica hazañas.
Levantando el martillo de Thór,
en estruendo final de la batalla.

AUTORA - MERCHE MONROY FERNÁNDEZ