Araceli Vellber

Una mañana y un café con leche.

Nos sentamos para hablar de nosotros

y te trajeron un café con leche,

nos quejábamos de falta de comunicación

y querías leer la prensa,

teníamos la sensación que faltaba algo

y te trajeron unas tostadas,

te comenté que los años pasan factura

y el camarero, te trajo  más azúcar,

empecé a decirte que el amor se desvanece

y tú decías que la leche estaba poco caliente,

te dije me voy

y te quitaste la chaqueta,

pediste la cuenta, sacaste la tarjeta de crédito y

con una sola firma,

dictaste dos sentencias.

Esta noche no te pintaré los labios.