Mi brazo extendido
como un muro, te rodea
te lleva y me acompañas
en este atardecer tibio.
¿Por que sos vos?
Tu fragancia de flores
la tibieza de la piel
me miras sonriente.
¿Y por qué no?
Si a sido así
la vida nos encontró
fue natural que pasara.
Tus cabellos huelen a manzanas
y eso me trae recuerdos
recuerdos lejanos
de mi primer pecado.