Porque no quieres mirarme
cuando yo quiero mirarte?
Es mi placer contemplarte
embelesado quedarme
y para siempre adorarte.
No sabes que tu desprecio
es el aguijón que incita
por el cual mi amor palpita
aunque te parezca necio
la pasión no me la quita.
No seas tan orgullosa
ni te hagas la merecida,
yo te entregaré mi vida
y te haré mi dulce diosa
con mi pasión encendida.
Eres bella entre las bellas
por eso me has cautivado,
mas ándate con cuidado
que existen muchas estrellas
con el halo desbordado.
Por ti ya estoy olvidando
mi vanidad y arrogancia,
olvida tu petulancia
y hasta ti yo iré volando
a envolverme en tu fragancia.
No puedes ser tan ingrata
con está alma que te adora
y que por ti gime y llora
pero tu altivez la mata
aunque tu cariño implora.
Despójate de temores
porque venerarte quiero
sabes bien que por ti muero,
que te cubriré de flores
con mi cariño sincero.
No me dejes padecer
por tu amor que tanto anhelo,
yo he de hacer de ti mi cielo
donde dolor no ha de haber
tan solo dicha y consuelo.
Autor: Aníbal Rodríguez.