Un atardecer nublado y frío
de otro año mas que agoniza,
en la gran ciudad se observa
gente que va por doquier
caminando a toda prisa.
Las calles iluminadas
y lo grandes escaparates,
niños que buscan juguetes
y los piden a sus padres.
Yo silenciosa y sombría
caminando lentamente,
observo el gran entusiasmo
conque se muestra la gente.
Y continuando mi andar
sin rumbo y sin destino,
llegué hasta ese lugar
el que hace ya algún tiempo
había dejado en el olvido.
A ese parque solitario
en el que una vieja banca
había sido mi refugio,
alli donde muchas tardes
antes de llegar a casa
me sentaba a meditar,
donde pasaba las horas
saboreando mis nostalgias
y abrazando mi soledad.
Así...
Analizando mi vida
y ensimismada en mis pensamientos,
la noche llegó de pronto
sin que sintiera correr el tiempo.
Era hora de volver
a mi hogar oscuro y frío
donde me espera el silencio
y se siente un gran vacío.
Pero antes de emprender
el camino de regreso,
lanzo un profundo suspiro
y vuelvo la vista hacia el cielo,
esbozando una sonrisa
murmuro para mis adentros,
madre!!!
ojalá en la navidad
de el año venidero
ya no me sienta tan sola,
espero que para entonces
la vida me haya premiado
y así la pueda disfrutar
nuevamente a tu lado.
ARAN