¡Hay que pena llevo,
de aquí, el tachón negro!
No seré el más inteligente,
ni el más humilde, ni el más hábil.
No seré el de la sonrisa más reluciente,
ni el que tenga un ceño fruncido por frente.
Pero si el que por más amor
que no cabe en el pecho.
Si con el que podréis fardar
con derecho.
¡Hay que pena llevo,
que de aquí, el tumor negro!
Cuando yo hablase,
cientos de errores
en torno a mi hacen.
¿Cuándo aprenderé
a filtrar por el corazón?
Sé que hago daño al hablar.
Mas si el que más dote por amor.
Si con el que podréis hablar
hasta la línea del mar.
¡Hay que pena llevo,
que de aquí, el sol negro!
Si me voy ahora,
nunca supisteis de mí,
de todo por donde mis hombros pasaron,
conmigo irá al fin.
Preocupaciones, agobios….
Serán de crio,
Pero las siento en la espalda
como la piedra de Sísifo.
Que esto nadie
en realidad vea.
Si es así, que así sea,
siempre fui en el fondo
como uno cualquiera.
¡Hay que pena llevo,
que de aquí, nadie oirá lo que yo creo!