Química mata inevitablemente
cuando Física forma parte de los roces que acaban en besos.
Convirtiéndoos en presos el uno del otro.
Y no lo podréis evitar,
algo os guiará...
De tal forma que os volváis a mirar,
y Química volverá a matar.
Ya no habrá nadie más a quien querer hablar,
de todas formas tampoco interesarán.
No encontrarás en ellos sus ojos,
sus palabras y frases.
Ninguna de sus cualidades, inigualables.
Es irremplazable,
y lo peor es que lo sabes.
Te intentarás alejar pero algo pasará,
y al verlo, otra vez lo besarás.
Aunque sea de lejos,
solo con los ojos rojos de llorar.