Te dejo mi cuerpo fatigado de ahondar la huella
dormidos los pasos hundiéndose en la arena
te dejo mi alma tan llena de tristezas
ausencias de sus trinos que en el aire vuelan
te doy el permiso que tanto anhelas
para hundir tus manos de contacto sedientas
para sentir el frío de hielo que congela
de mi corazón marchito de amores y penas
no te sorprendas viajera del alba
si en tu vuelo dorado de aletear sin pausa
me encuentras tendido sin una sola lagrima
me las arrebato el destino con su furia y su rabia
solo me queda esperar en este mar desierto
la carroza de la aurora con sus caballos espigados
y me eleve al valle de la luz soñada
y ponga fin a la agonía de este hombre cansado.-