Llevo sangrante herida en cuerpo y alma,
Gigantesco dolor que me aniquila,
Soledad que muy lento se destila
Y llena de ansiedad fingida calma;
En dónde se quedó aquella fama
Del joven que logró primera fila,
Aquel que presumió vida tranquila
Y ahora se atormenta hasta en su cama;
El invierno es fatal melancolía,
Sentir que nuestro sino se divierte;
Añorar la dorada sinfonía
Donde todo era triunfo y mucha suerte;
Mirar cómo se escapa la alegría
Y el hedor de la Parca más se advierte…