No busques entre los escombros terrenales
Aquello que sólo se asoma en las alturas
La dulce sal que cala la tierra
Es aún más amarga que la que cubre el mar entero
No luches contra la infamia de la lengua
Su susurro se desvanecerá en el aire
Emprende la batalla por el alma
Que esa no pasa ni se muda
Cuando tus ojos vean el sol
Descubre también la penumbra que lo envuelve
Pues todo es pasajero e inframundano
Sólo el secreto del misterio embellece
No es oro el valor supremo
Sino contemplar al que es Supremo
Si el corazón de deseo se hincha
Su Faz se dibuja en la historia
Mundo despreciable que sólo sirves
Al que con su vida te sirve solamente
Mundo desdichado que disfrazas
De placer lo que es puro dolor
Por eso no voy allá ni contigo
Me separo desde mi yo desgarrado
Sólo busco lo que en verdad existe
Y eso no se encuentra en apariencias
Vivo y no vivo porque vivo viviendo
En algún lugar que no es sino la nada
Y a nada se enriquece con lo Otro
Yo y Otro nos fundimos, en amor inflamado de locura