EL AMOR DEL PRINCIPITO
De Juan María
El pequeño príncipe quedo encantado con la niña del desierto, cuando esta le dijo que no veía un sombrero y que si le encantaba el dibujo de la víbora y del elefante.
Tenía ella rizos colorados y el principito cautivado le prometió una fiesta con bombones franceses y dulces de Esmirna.
Y muy afanoso le traería, dijo, alelíes de colores para su pelo encarnado.
Muy pocas palabras necesitaron para acordar sobre el dibujo de un cordero.
Y la niña dijo sin asombro, que ya lo sabía, cuando el principito dijo venir del cielo.
La mirada luminosa de la pequeña que sabía de flores, de elefantes y de corderos enamoro al viajero del espacio.
Ambos durmieron sobre la arena y en el paisaje solitario muy juntos se sintieron.
Son la ternura y el amor le dijo el Hada bonita al Duende bueno.
Llevaron al cielo a los niños soñadores mientras una brisa cariñosa rozaba de fragancias sus mejillas coloradas.
Viajaron por el mundo de los sueños, y finalizada la dulzura, al punto volvieron al lugar del encuentro, tan bonito en la inmensidad.
Nunca jamás olvidaron ese lugar, el principito de rubios cabellos y la pequeña del desierto que tenía rizos colorados.
Colorin…colorado…