Soy testigo de veros caer.
Detrás de la ventana empieza la función, la del testigo.
Hay que ser muy cínico para vivir en un sitio donde le pegan a una mujer, y te enfrentas a esa situación en contra de todos. Nadie te escucha, y menos cuando esa mujer vuelve al cabo de dos semanas a llamar a la misma puerta para que le vuelvan a pegar.
Puedes reírte, puedes llorar, puedes pasar. todo está permitido.
Hay que vivir en un sitio muy cínico. para que el testigo sea denunciado, acosado y detenido constantemente.
Lo mismo pasa si intentas ayudar a alguien que pasa hambre cerca de ti, muy cerca de donde vives. Hay que ser muy cínico, o estar muy ausente del mundo, para que esa persona acabe denunciándote.
Pero es así, no sé el porqué.
En definitiva, hay que ser muy cínico para vivir en San Antonio, vall d´uixo, y yo como no lo soy, necesito narrarlo, por eso hago: canción testigo, canción de lo que veo y de lo que escucho. Acompaño incendios, puñaladas, peleas, perros abandonados, acosos infantiles, con acordes de guitarra o notas de flauta.
No sé si servirá de algo, tampoco estoy seguro de si ese es el camino correcto, pero os dejo esta canción.
Empieza en si menor.
Una bella voz,
tan dura como una cadena,
une un amor,
tan inseguro
como niños cuando juegan.
Se encuentran en un salón oscuro.
Lejos, tan lejos.
Oh, Oh Oh; Oh
que no hay forma de encontrar nada
que parezca amor por mucho,
que levanten la voz,las manos,
y lata fuerte el corazón,
en un baile frenético de mordisco y empujones.
Casi besos, casi abrazos,
cuando se culpan se caen.
Se levantan y se insultan.
En un baile de mordiscos y empujones,
donde las palabras luchan con dureza,
en una cadena que hace andar y caer,
a sus eslabones,
unidos quien sabe donde,
quien sabe donde
quien sabe donde
Angelillo de Uixó.