Desafiando al llanto y al calor del nido...
Moví mi brazo en señal de despedida
de mi tierra cuna con un dolor en el alma
y un desafío en el pecho
- abrazados ambos
llorando uno y esperanzado el otro…
Había que partir a cumplir los sueños
desafiando al llanto
y al calor del nido…
Despedida vaciando el baso
desbordado de soledades
y brillos contenidos en los ojos…
Figura repetida cada semana
por largos seis años
muchos inviernos y veranos
en que las despedidas eran cortas
y tenían un regreso programado
semanas tras semanas
con el mismo humo y ruidos
de la quejosa máquina
que marcaba su huella
con pisada de fierro
sobre sus rieles
y los trozos de madera
que dormirán eternamente su pena
viendo pasar el tiempo
con sus ruidos, dolores
deseos buenos para viajeros y trenes
que pasarán uno tras otro
hasta que el tiempo muera
y ellos mismos se conviertan en tierra..