Ebrio de ingratitud y soledades intermitentes
Iba yo:
Viejo caudillo de sonrisas acústicas,
Intoxicado por traseros fantásticos
Bebiendo el sudor de curvas furtivas
Como azufre fundido
en incendios cardiacos.
Divagaba yo:
Con los bolsillos descosidos de excesos
Rimando recuerdos de madrugadas caóticas
Cual vinilo “blussero”
Entonando armonías destinadas al vacío,
Trasbocando
Revelando
Vomitando
Incoloros versos de silabas putrefactas
Mientras aspiraba blancas levedades
Con las pupilas patéticamente abiertas…….
Extraviábamos los instantes,
La ciudad y yo.
Darwin Santillan M.