En principio tenía muchos amigos.
Pero con los años sentí
quedar solitario.
Me cansé de ser marioneta.
Descubrí que mi vida no era
mi vida y que mi destino no era
mi destino.
Ahora cuando tocan a mi puerta
sobre la mesa se ponen intereses
e intenciones.
Nada de predominio
ni cadenas.