Cretta

Navidad (es solo mi sentir)

Habrá quienes quieren un automóvil nuevo, joyas, ropas, dinero, fiestas, viajes, muebles, reconocimiento, fama, el amor de una mujer o el de un hombre … yo solo quisiera devolver el tiempo y sentirme tan felizmente acunada por mi núcleo de familia, estar allí, tan protegida, acompañada y guardada, en esa burbuja invisible y amorosa con que se cuidaba nuestra inocencia… quisiera así fuera por escasos minutos, sentir el amor de mi padre, su vozarrón y sus carcajadas, llamarme “mi negra” y de su mano llevarme enseñándome el camino por el que mis pasos debía dar… reñirme con mi hermano, tirarle de los pelos, escucharlo ponerle quejas a mi mamá, esconderme, reírme y volver a tirarle de los pelos jajajaa , verle de nuevo, todo pequeñito él, con piedra en mano y muy protector buscar a quien me estrujó por ser una niñita, flacucha y débil … volver a jugar juntos a ser cantantes desafinados, y a ser él policía y yo una reina… pero la vida por ser vida, nos hace crecer y nos fortalece con alguna o varias penas… nos da y también nos quita, ellos ya no están, partieron para continuar evolucionando sus almas y yo continúo aquí, sintiendo sus ausencias, deseando poder abrazarnos los cuatro, para decirnos “feliz navidad” con ese amor puro y eterno, que solo se prodiga desde el cálido nido donde nos abrigan papá y mamá.
Solo hablé escribiendo, solté mi recuerdo, mi nostalgia y ese deseo de tener un regalo que se, no volveré a tener.
A quienes creen en el hijo de Dios hecho hombre, les deseo una real celebración de la navidad, que perdure ese espíritu de generosidad y de amor no solo un día, porque la humanidad necesita de nosotros todos los días. Hay un mundo fuera de nosotros que sufre hambre, dolor, violencia, crueldad… que no podemos hacer nada, que estamos tan distantes de los lugares donde se dan ciertos hechos, es cierto. Pero sí podemos reflexionar, y cada uno ayudar a otro u otros humanos dentro de nuestra capacidad, a los animales, al ecosistema. Cada uno de nosotros puede erradicar la indolencia poco a poco con pequeños actos. Si nos permitimos momentos de ternura, solidaridad, amor hacia otros, nos enriqueceremos de verdad.
A quienes me lean, los abrazo desde mi alma, les transmito mi buena energía, deseando que cada vez seamos mejores humanos, les digo que les admiro, respeto y también que les quiero. 

Marlene Carrillo Vela