Se acercaba navidad y el frío calaba hasta los huesos,
pero los chiquitines, entusiasmados con la visita de
el niño Dios, que era el que les traía los regalos
en Navidad, no lo sentían..
Estaban reunidos para hacer la carta y pedir su juguete favorito,
el de moda, el que habían visto en la televisión anunciado miles de veces..
Cada uno pidió lo que mas le gustaba.. Juanito, quería un balón de futbol
!de los profesionales! Lupita pidió una muñeca de las que hablan y caminan
Pepito quería una bicicleta, Y el \"zurdo\", asi le decían a Arturito, pidió
una lavadora para que su mamá no tuviera que irse todos los días a lavar
y regresara tan cansada, tenia años pidiendo lo mismo pero no sabia porque
el niño Dios no se la traía, si le constaba que su mamá, era la mamá
mas buena del mundo...
Era una vecindad, con muchos cuartuchos con una pequeña cocina
y una recamara, el baño era común para todos, igual la ducha..
Era en las tardes cuando después de comer, y hacer los deberes
se empezaban a reunir ya sea para contarse cuentos, o para jugar...
Pero este día era especial porque se reunían a escribir las cartitas
que dejarían en el Nacimiento, para que el Niño Dios les hiciera realidad
sus sueños en Navidad..
De todos el mas entusiasta era Arturito, pensaba que este año si se había
portado bien y pues el Niño Dios, no estaría enojado con el, y si le traería
su lavadora automática...
Cuando le preguntaban que era lo que había pedido en su carta, inventaba
cosas..Un carrito decía algunas veces, otras, un ring con sus luchadores,
!pero en su cartita! siempre estaba su pedido que decía así;
Niñito Dios, este año me he portado bien, he sido obediente
y casi no he peleado. Nada mas cuando el José, me quiso quitar mis canicas
y no me dejé, !pero no le pegué mucho!
nomás para que aprenda a ser buen perdedor !ya se las había ganado!..
Y a las niñas ya no les digo nada, aunque me digan cosas, porque mis zapatos
están rotos y mi ropa gastada..
En mi casa a mi mamá le ayudo, vendiendo paletas y gelatinas para que pueda
comprar comida, les hago mandados a las vecinas y no les contesto mal aunque
me regañen.. Al Papá de Irenita que no quiere que platique con ella y me da
siempre una moneda para que no me le acerque, ya no se la voy a recibir,
de todos modos en la escuela platicamos y no nos ve...
Y a mis hermanos ya no los peleo, así que como ya me porto bien te pido
por favor que este año si me traigas la lavadora automática,
ya no quiero ver a mi mamita tan cansada..
Te prometo que voy a ir al catecismo y a hacer la primera comunión
como todos los niños, y te voy a querer siempre..
Gracias Niñito Dios te quiero mucho...
Esta carta se prolongo por 4 años seguidos hasta que Arturito se dio cuenta
que el niño Dios, no era parejo, había niños que se portaban mal, peleaban,
eran malos estudiantes, les contestaban mal a sus mamás, les hacían maldades
a las niñas, y en navidad; tenían los mejores regalos, eso no lo entendía..
Sin embargo en su pequeña cabeza, algo iba pasando, se estaba dando cuenta
que en el mundo muchas cosas son diferentes a como parecen.. También supo
desde ese momento que si quería algo, tenía que luchar por alcanzarlo,
no esperarlo de regalo...
La lavadora nunca llegó, hasta que tuvo edad para podérsela comprar
con el fruto de su trabajo, pero antes ya la había sacado de trabajar...
UN POETA LÍRICO
Arturo Gil
20/12/2013