ODA A LA TRISTEZA
¡Buenos días tristeza!,
mi siempre compañera
El sol de la mañana,
calienta desde su esfera,
Nos llena de promesas
de un día inolvidable
Nos siembra la certeza,
que caminaremos juntas.
Arraigada a mi alma
¡ya no puedo dejarte!
Sin que importe,
he comenzado a amarte
Los días se suceden
y como la cruz al Cristo
¡Acompaña mis momentos
porque te necesito!
¿Qué son las hojas sin el viento,
que las mece, tierno?
¿Qué es mi vida sin el quieto
respirar de tu nostalgia?
Me enseñaste a encontrar
paz en días de locura,
Apaciguar el frenesí,
de amores sorprendidos,
A transitar la noche,
despojada de insomnios,
A esperar la barca
leyendo el horizonte
Tristeza ¡oh tristeza!... mi amada tristeza
El canto de mi alma
hoy te arrulla y te besa
El día que yo parta
te llevaré conmigo
A esas dimensiones
que serán nuestro abrigo