Tengo una espada afilada por lo que me queda de autoestíma
batallo con esperanzas de ver marchar la soledad que me lastima
las flores que ella sembraba hoy se marchitan por su abandono
sus cartas y fotos de la escuela aún colecciono.
Un escudo desmoronado me protege de las olas de tristeza,
el viento saturado de recuerdos me hablan de su belleza.
Mi armadura son las ganas de vivir y con ella compartir lo que resta de vida.
Es una lucha encarnizada con la tempestad,
riendo; \"te has ilusionado\" dirás,
sin embargo y para tu sorpresa,
finjiré que aún hay aire si tu no estás.