Dos silencios largos
habitan mis ojos
ensonbrecidos.
Su mansa y azul presencia
murió una mañana
de cigüeñas blancas
con su última palabra ,
en el silencio más dulce.
Sus manos cosidas a mis manos
resaltaron el brillo
de la flor azul ,
que nace entre el centeno.
Su memoria en tierra.
y su recuerdo en mi corazón.
24-12-2016