El Corbán

NO LLORES HIJITA

 

No llores hija que me partes el corazón,

Que tu llanto son puñales que mudan mi razón.

¡No llores hija que escarbas mi alma!

Que tu voz quebranta y quiebra mi alma.

No llores ternura de mis anhelos

Que trocas en pesadillas mis sueños.

¡No llores pequeña!

Que este, tu viejo, revive penas.

No llores que lo tuyo es pasajero

Y que tus lágrimas, ver, no quiero.

 

Lloras por lo efímero que conoces

Y yo por la vida que desconoces.

Lloras por capricho puramente

Y yo, por lo que te robé, vilmente.

¿Cómo perdonarme tus sonoros coros?

Si son terribles y espantosos, como de lidia los toros.

Más, en el infierno, un consuelo ve mi alma,

Que del hoyo profundo me salva.

Son tus extendidos e inocentes brazos,

Que son del cielo, misericordiosos lazos.