Me hueles a hierba fresca
y frágil, amor.
Me hueles a alba recién estrenada,
a café de madrugada;
me hueles a enamorada…
Te siento dentro
con tus amarguras y tus alegrías;
con tus susurros y tu algarabía.
Te siento siempre
entre todos mis poemas,
entre todas mis canciones,
entre todos mis silencios,
entre todas mis ilusiones…
Sé tú misma,
alegra mi corazón marchitado.
Eres asignatura pendiente en los cajones
de mi escritorio,
alevosamente olvidada.
Eres la palabra,
la primera palabra,
eres tú,
amor mío.