No sé si soy el real o el de mi sueño
esperando y viviendo tantos años,
que no deseo ya más desengaños,
acostándome sobre un duro leño.
Espero renacer con tal empeño,
que la fuente del interior en caños
vierte los sentires, no quiere engaños
que da la vida, siendo yo su dueño.
¿Qué me esperará después del vivir?
¿Qué me aguardará, dejado el andar
en que estamos y hacemos el amor?
¿Qué será de la vida del existir,
si de un tiempo de breve caminar,
sólo habrá la Nada del Creador,
la ausencia del Edén prometedor?
Metido en otra vida debí estar,
no la que tengo,que me hace llorar.
(Salvador)